Tiene que ser para mi
Hablamos del álbum debut de Natalia Lacunza, pero realmente estamos frente al que es su tercer proyecto, porque viene de publicar un par de EPs que han ayudado, paulatinamente, a definir su dirección artística.
Más allá de estilismos concretos y de etiquetas que se le quedan cortas, el crecimiento artístico y personal de Natalia solo parecía apuntar en una dirección que ahora, y gracias al lanzamiento de su nuevo trabajo, “Tiene Que Ser Para Mí”, podemos confirmar como la acertada. Además de tratarse de un grito de guerra personal, firmemente dedicado a erguir su espalda cuando esas voces internas amenazan con pisarle lo fregado, es también un paso hacia adelante que consagra a Lacunza como una de nuestras artistas pop más brillantes y carismáticas, hallando en sus piezas no solo su mejor sonido sino también una voz empoderada y capaz de escupir verdades desprovistas de metáforas y florituras.
Aunque no se perciba como una tarea fácil, Natalia Lacunza parece haber reunido las fuerzas necesarias para culminar con acierto diferentes capítulos vitales que necesitaba cerrar de un portazo, ganando con ello una seguridad y unos arrestos que le hacen parecer capaz de todo y más, como por ejemplo meternos en bucle dentro de sus exquisitas doce pistas destinadas a hacernos perder la cabeza cuando más falta nos haga.